El fin del miedo

La vida espiritual a medida que se fortifica comienza a dar sus frutos a través de una serie de gracias que no son precisamente desdeñables. A medida que el alma ha aprendido a descansar en Dios sucede que los miedos ya no pueden morar en ella. No hay miedo ni inquietud por la pérdida de bienes, de cualidades físicas, incluso la muerte es percibida de una manera muy diferente, y es que cuando una persona percibe que su vida es plena el temor al fin de la existencia no es tal.

No es una cualidad exclusiva de la vida espiritual, sino que en general, una persona que ha sabido amar con plenitud también puede percibir esta experiencia. Creo que es propia de aquellas personas que han sabido volcarse en la familia, en los demás, que su vida se ha orientado no hacia sí mismo sino hacia el prójimo… lo que sucede es que tal vez en el caso de la vida espiritual, la comprensión de este proceso es tal vez mayor, más claro, porque sucede que cada acto de nuestro interior es percibido como un acto de bondad o de egoísmo… y este último siempre se nos antojará no sólo mal encaminando, sino insoportable, intentaremos corregirlo a toda costa porque somos cada vez más consciente de como nos encoge el alma, nos aleja de Dios, nos oscurece como personas.

¿Por qué termina el miedo? La razón fundamental es que el alma se ha ido desprendiendo de todo aquello que le retiene y le impide llegar a Dios. Ha comprendido que todo lo que le retiene le hace sufrir, y poco a poco, las circunstancias de la vida le muestran aquello a lo cual está sujeto. El sufrimiento no dura sino el tiempo que el alma aprende a desasirse de lo que consideraba más importante que la búsqueda de Dios mismo. Es un acto invisible del alma, no puede percibirse desde el exterior por nadie, sino que es uno mismo que descubre que el deseo de alcanzar a Dios está por encima de cualquier otra preocupación. Cuando el norte vuelve a ser cumplir la voluntad de Dios por encima de todo, el resto de las cosas adquiere su perspectiva secundaria, nos libramos del miedo a «qué será de mí», «qué será de mi futuro», «qué será de mi vida sentimental», «qué me pasará en el trabajo» «¿enfermaré, morire?»… no se trata de despreocuparse irresponsablemente porque por caridad tampoco podemos abandonar a nuestros seres queridos, o convertirnos en un auténtico problema para quien nos quiere, sino que desde la responsabilidad cristiana se vivirá desasido de las cosas que no son de Dios. Cuán verdaderamente se cumple que la Verdad, es decir, el mandato de Jesús de amar a Dios sobre todas las cosas, nos hará libres.

5 Respuestas a “El fin del miedo

  1. Buenas tardes; muy buenos sus comentarios, todos estamos en la busqueda de la verdad y de nuestra paz. Siendo sus comentarios muy propicios para la ocasión.

  2. Saludos Cordiales,
    Antes que nada, agradezco por los mensajes tan iluminados y liberadores que han comunicado a través de esta bendita pagina.
    A veces me hace falta recordar de donde vengo y quien soy en realidad, logrando recobrar la importancia del amor al prójimo, descubriendo una paz interior acogedora y reflexiva.
    Espero que, con el tiempo, se puedan difundir aun más este tipo de mensajes por los distintos medios de comunicación, ya que ha mucha gente le caería bien leer un poco del amor; el cual es, independientemente de la religión o ideologías nos debe de unir, logrando enfocarnos en lo único que verdaderamente vale la pena, el amor.

  3. A veces te sientes tan distante de Dios. Osea solo en desierto que solo lo que hay es polvo. Como el monte bejeroth

  4. Doris Plata Pineda

    Entre más apegados a los bienes materiales y a las personas, más miedo sentimos, al único ser que nos debemos apegar es Dios, él es la liberación de nuestra alma.

  5. NO TIENEN IDEA DE CUÁNTO ME HA AYUDADO ENCONTRAR ESTE TEXTO….CREO QUE VOY A LEER Y RELEER MUCHAS VECES….POR UN TIEMPO….MIL GRACIAS!!!

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